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sábado, 25 de junio de 2016

El leviatán docente


20090712 El leviatán docente
En realidad lo que quieren los alumnos, es que les digas lo que tienen que hacer y, si de sentir se trata, lo que tienen que sentir. Y si (ellos o “la sociedad”) nos piden disciplina se la damos y si nos piden control, pasamos lista, y si quieren notas objetivas hacemos listas de lo obvio y se las pedimos de memoria, y si es necesario sentir el cuerpo: vídeos para verse y sensores en la piel.
Te regalan, indiferentes, su libertad a cambio de que los libres de la incertidumbre y, al final, la clase es una autarquía, un artificio, un leviatán que asume todas las dudas, todas las neurosis, los temores, las aspiraciones, y se organiza para autoabastecerse (recibir títulos y calificaciones) con el mínimo esfuerzo. Si fuera posible, sumidos en el ostracismo. Si fuera posible, y a veces lo es, sin aprender nada que importe: ¡sálvese quien pueda, que cada cual construya su leviatán!
Aclaro que no me refiero al leviatán que perseguía el capitán Ahab ni ningún otro monstruo marino. Sino al poder totalitario (el que tiene respuesta para todo y ante el que no es necesario pensar) del artificio de Hobbes (1588-1679). Thomas Hobbes (autor de la idea de que el hombre es un lobo para el hombre) fue un filósofo materialista y defensor del estado totalitario, deportista entusiasta¿? y ferviente defensor del individualismo como motor de la sociedad
Aprender y enseñar educación física requiere un compromiso mínimo. Valga, aunque un poco descontextualizado, el "catálogo de la desconfianza" para mantener la dignidad que elaboró José Luis Salvador Alonso en el epílogo de su historia del Deporte en Occidente:
“Por esto, para preservar la dignidad del deporte práctica y de quienes lo practican, los que nos dedicamos a él debemos mostrarnos extremadamente desconfiados frente a los empresarios, los chauvinistas, los moralistas e incluso, médicos que trabajan para la industria deportiva: textil, alimentación y laboratorios farmacéuticos. El mismo cuidado que debemos reservar a los políticos y Estados que ven el deporte en términos instrumentales y en el que caen muchos deportistas del espectáculo”.

Y ya que hemos nombrado a José Luís Salvador, las próximas entradas se las dedicaremos a él.

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